
Liahona Diciembre de 2008 3
M e n s a j e d e l a P r i m e r a P r e s i d e n c i a
La mejorde las Navidades
P o r e l p r e s i d e n t e T h o m a s S . Monson
En esta época del año, las ondas radiofónicas
están llenas de música navideña.
Mi corazón se remonta muchas
veces a mi hogar natal y a Navidades pasadas
al escuchar algunas de mis canciones predilectas
de Navidad, tal como ésta:
¡Ah! No hay nada como el hogar
para las Fiestas, pues no obstante
lo mucho que te puedas alejar,
si quieres ser feliz de mil maneras
para las Fiestas, nada supera
al hogar, el dulce hogar 1.
Una escritora dijo: “Otra vez Navidad,
siempre el momento del regreso. Al destacarse
por su misterio, su espíritu y magia, de
cierto modo la época parece quedar suspendida
en el tiempo. La importancia de todo
lo que nos es querido, que es duradero, se
renueva: Hemos regresado al hogar” 2.
están llenas de música navideña.
Mi corazón se remonta muchas
veces a mi hogar natal y a Navidades pasadas
al escuchar algunas de mis canciones predilectas
de Navidad, tal como ésta:
¡Ah! No hay nada como el hogar
para las Fiestas, pues no obstante
lo mucho que te puedas alejar,
si quieres ser feliz de mil maneras
para las Fiestas, nada supera
al hogar, el dulce hogar 1.
Una escritora dijo: “Otra vez Navidad,
siempre el momento del regreso. Al destacarse
por su misterio, su espíritu y magia, de
cierto modo la época parece quedar suspendida
en el tiempo. La importancia de todo
lo que nos es querido, que es duradero, se
renueva: Hemos regresado al hogar” 2.
El presidente David O. McKay (1873–1970)
dijo: “La verdadera felicidad se obtiene
solamente al hacer felices a otras personas,
o sea, en la aplicación práctica de la doctrina
del Salvador de perder la vida para hallarla.
En resumen, el espíritu de la Navidad es el
espíritu de Cristo que ilumina nuestro corazón
con amor fraternal y amistad, y que nos
inspira a rendir actos bondadosos de servicio.
“Es el espíritu del evangelio de Jesucristo,
por cuya obediencia se obtendrá ‘paz en la
tierra’, porque significa buena voluntad hacia
todos los hombres” 3.
El dar, no el recibir, hace florecer plenamente
el espíritu de la Navidad. Se perdona
a los enemigos, se recuerda a los amigos y
se obedece a Dios. El espíritu de la Navidad
ilumina la ventana panorámica del alma por la
que contemplamos la vida agitada del mundo
y nos hace interesarnos más por las personas
que por los objetos. Para comprender el verdadero
significado del “espíritu de la Navidad”,
sólo tenemos que recordar de quién es el
nacimiento que celebramos ese día y entonces
se convierte en el “Espíritu de Cristo”.
Lo recordamos a Él
Si tenemos el espíritu de la Navidad,
recordamos a Aquel cuyo nacimiento conmemoramos
en esta época del año.
El dar, no el recibir,
hace florecer plenamente
el espíritu de
la Navidad, lo que
nos hace interesarnos
más por las personas
que por los objetos.
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